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Me casé con la compañera de clase que más odio (novela)

V1C3: El acuerdo - Parte 1


Cada día en el "campo de batalla" desgastaba a Saito, tanto mental como físicamente.

No estaba acostumbrado a vivir con un completo extraño, así que, incluso si era en su propia casa, no podía relajarse ni dormir profundamente.

Además, debido a su rivalidad, las discusiones seguían estallando en un bucle interminable. Sentía que sus límites personales estaban siendo invadidos, y eso lo irritaba. Esta corta vida matrimonial era más brutal que sus dos años de rivalidad en la escuela.

Esta mañana, al abrir los ojos, Saito sintió una oleada de alivio al darse cuenta de que Akane no estaba acostada a su lado.

Sería mejor para él si ella se fuera a la escuela primero, pero para su disgusto, aún podía escuchar a Akane cocinando en la cocina.

Saito se lavó la cara, se preparó mentalmente en el pasillo y entró a la sala de estar.

El ambiente era incómodamente tenso.

Había tostadas y ensaladas sobre la mesa. No importaba cuánto discutieran, ella aún preparaba el desayuno. No estaba seguro si era por su seriedad o por su amabilidad.

—…Buenos días.

Saito saludó antes de sentarse, mientras Akane apartaba bruscamente la cabeza y comenzaba a comer la tostada.

Bueno, más que morderla, parecía que la estaba atacando.

Un silencio incómodo.

Akane, molesta, usó el control remoto para cambiar de canal.

Ambas partes estaban agotadas, incluso la voluntad de enojarse entre ellos ya no existía.

La presión gradualmente lo superó, haciendo que Saito ni siquiera pudiera tragar la tostada.

Quería escapar de este campo de batalla. Esa era la única emoción que le quedaba.

Al igual que él, Akane también había llegado a su límite.

Salió de la casa antes que Saito, caminando con un suspiro de agotamiento.

No entendía por qué una chica de preparatoria como ella estaba en esta posición. Desde que comenzaron a vivir juntos, su relación solo empeoraba. No podía concentrarse en sus estudios en casa, y cuando no estaba en casa, solo podía pensar en Saito, en las cosas despreciables que podría hacerle.

Además, sus acaloradas discusiones la agotaban mucho, tanto física como mentalmente.

Desde ese día, Akane había perdido 5 kg. Normalmente, perder peso era algo bueno, pero no le agradaba la idea de que viniera acompañado de alguna enfermedad.

Entró al aula con un ánimo pesado.

—Buenos días~, Akane. ¿Qué pasa, te sientes mal~?

Himari la llamó con una sonrisa radiante, como siempre.

Este era el único refugio seguro dentro del campo de batalla. Akane se lanzó hacia Himari.

—Uuuuuuuuuuuuuuuu… Himari… Himariiiiiiii…

Se enterró en el pecho de Himari y lloró. A diferencia del modesto pecho de Akane, Himari tenía una figura maternal, lo que le daba una sensación de consuelo al abrazarla.

—E-espera, ¿qué pasó exactamente? ¿Te acosaron sexualmente en el camino a la escuela?

Himari agarró los hombros de Akane y la miró directamente a los ojos.

Akane susurró con una voz sin alma.

—Ser acosada sexualmente… sería cien veces mejor que esto…

—¡¿Es peor que eso~!? ¡¿Entonces ve a la policía?!

—La policía no podrá ayudarme…

—¡¿Es más peligroso que la policía?! ¿Qué puedo hacer entonces?

Himari estaba seriamente preocupada por ella.

Siempre había sido la aliada de Akane. A los demás en la clase no les agradaba Akane y no querían ser sus amigos, pero Himari era la excepción. Había sido salvada por la amabilidad de su mejor amiga innumerables veces, pero especialmente ahora, estaba disfrutando plenamente de esa bondad.

—Si tienes algo que te preocupe, solo cuéntamelo todo. Escucharé todo lo que tengas que decir.

—Ehm…

Podía contarle a Himari, ya que era realmente confiable.

Pero la situación era demasiado complicada.

Su matrimonio irrazonable fue forzado por sus egoístas abuelos, los empujaron a una nueva casa, tenían que vivir con un chico que realmente odiaba, discusiones en cada asunto cotidiano.

—¡¿Cómo puedo contarle eso~!!

Akane se agarró la cabeza desesperada. Esto estaba más allá de las habilidades de consejería de una chica de preparatoria.

Pero si hablaba de esto con el consejero escolar, habría muchos problemas, y si la noticia llegaba a los directivos, sería vista de manera negativa.

—E, etto… ¿Si tengo una muy mala relación con alguien, pero estoy obligada a estar cerca de esa persona, qué crees que debería hacer…?

Akane eligió sus palabras con cuidado.

Himari puso su dedo índice en sus labros e inclinó la cabeza.

—¿Quieres mejorar la relación con alguien que odias…? ¿Estás hablando de Saito?

—¡No! ¡¿Qué tiene que ver él con esto?! No creo que alguna vez quiera estar más cerca de él.

Solo mencionar su nombre era suficiente para hacer que el corazón de Akane se saltara un latido.

—Es solo que… solo puedo pensar en Saito… Akane, desde el primer año, pareces que solo te importa Saito.

—¡No me importa un bledo él! ¡Cualquiera menos él para mí!

Sus orejas estaban calientes como si estuvieran en llamas. Algo como gustarle a una persona que realmente odiaba (Saito) definitivamente no debía suceder. Él era su némesis. Una fuerza que Akane debía derrotar.

—Eso es~. Bueno, eso es bueno.

Himari sonrió como si se sintiera aliviada.

—Bueno, actualmente estoy al límite. Si seguimos discutiendo así, el estrés me volverá loca. ¿Qué debería hacer…?

—Esto realmente es sobre Saito, ¿verdad?

—¡Te dije que no!

No estaban llegando a ninguna parte con esto. Pero Akane no quería que avanzaran demasiado rápido y revelaran todo.

Himari le dio una sugerencia.

—Hmm~, eso es~. Si fuera yo, tal vez abrazaría a esa persona.

—¿A-abrazar?

—Sí. Abrazar fuerte, porque si ambos pueden entender el aliento y los latidos del otro, ya no querrán pelear. Y pensarán "así que este tipo es solo un humano como yo".

—¡Hya~!

Himari se acercó y abrazó a Akane, haciéndola emitir un sonido lastimero.

Su cuerpo estaba envuelto por un aroma suave… ¿Hacer eso con Saito? Solo imaginarlo hacía que Akane se sintiera avergonzada y exhausta.

—¡I-imposible, imposible! ¡Eso no es algo que pueda hacer con él!

—¡Ese es tu desafío!

—¡Imposible! ¡Tiene que haber otra manera!

Akane se liberó del abrazo de Himari.

Los instintos maternales de Himari eran demasiado peligrosos. Sentía que lentamente se estaba convirtiendo en una degenerada al quedarse en su abrazo.

—Entonces, ¿qué tal si pasan la noche juntos?

—¡No quiero!

No podía decir que dormía con él en la misma cama todas las noches.

—¿Qué tal si comen juntos?

—Eso arruinaría mi apetito.

Tampoco podía hablar de cómo le cocinaba todos los días.

—Entonces, ¿qué tal si se abrazan desnudos? ¿Hacer eso en un viaje a un onsen?

—AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAa…….

Al recordar cómo Saito la abrazó mientras estaba desnuda, Akane usó sus manos para cubrirse el rostro.

Pensándolo bien, él y ella estaban haciendo cosas inimaginables. Estos eran días oscuros que ninguna persona en la preparatoria debería enfrentar.

Frente a una Akane temblorosa, Himari se agachó para encontrarse con su mirada.

—Si eso tampoco funciona, entonces intenta primero hablar entre ustedes.

—…¿Hablar entre nosotros?

—¡Sí! Creo que las personas se entienden mejor cuando hablan entre sí.

—¿Eso no solo aplica para ti, Himari…? Himari, tú eres una superhumana, con el poder de hacerte amiga de cualquiera con quien hables.

"Incluso lo hiciste conmigo", pensó Akane.

—No es así. Incluso yo tengo personas con las que no puedo ser amiga.

—¿En serio?

Inimaginable. Si fuera Himari, incluso podría salir con extraterrestres.

—¡Por supuesto! Comparada con Saito y Akane, yo solo soy una chica de preparatoria perfectamente normal. Pero escúchame, no necesitas un gran cerebro, ni belleza, para acercarte a alguien. El truco es saber que para ganar el respeto de los demás, primero debes respetarlos.

—¿Respetar… a los demás…?

Himari rió y asintió.

—Acepta a los demás y escúchalos. Intenta adivinar qué están pensando, qué están sintiendo, por qué se están enojando. Cuanto más intentes entender a la otra persona, más podrás respetarla. Así fue como me acerqué a ti, Akane.

—Eso, eso es…

Akane se sintió avergonzada al recibir una bola tan directa.

Era cierto que no estaba exactamente cerca de Himari desde el principio. Fue gracias a los esfuerzos incansables de Himari por acercarse a Akane que logró romper el muro que rodeaba el corazón de Akane.

—Pero… ¿puedo hacerlo?

—¡Por supuesto que puedes!

—Cada vez que hablamos, siento ganas de romperle el cuello a la otra persona…

—¡No lo hagas! ¡Intenta contenerme!

—Habrá un baño de sangre…

—¡¿Están hablando entre ustedes, no asesinándose mutuamente?!

Akane apretó los puños.

—……Lo, lo intentaré. ¡Por todos los medios posibles, definitivamente haré que esa persona… entienda mi petición!

—¡No estás obligándolos a que te entiendan, sino que estás tratando de entenderlos a ellos! ¿No te estás confundiendo, verdad?

Himari le recordó con preocupación.

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